El pasado lunes tuve mi primer contacto anual con las flechas amarillas que marcan el camino a Santiago. Fue en el Boalo y mientras Mayte recibia su sesión de fisioterapia yo pude hacer el cabra con la gorda por los caminos del Boalo y de la Pedriza, todo un lujazo cuando te acostumbras a tanto carril bici.
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